Tiempo

Tiempo es PASIÓN. Tiempo de espera para obtener algo tan exquisito como el Jamón Ibérico. Los Jamones Ibéricos necesitan un mínimo de 20 meses de curación, período de tiempo que puede prolongarse años y años. Si estás dispuesto a esperar hasta cinco, seis, siete o incluso más años para disfrutar del aroma y el sabor inconfundibles del Jamón Ibérico, es porque estás ante un producto inigualable.

 

 

EL TIEMPO LO ES TODO

Una raza necesita años para consolidarse. Una encina necesita décadas para dar bellota. Una tradición necesita siglos para transmitirse. Un Jamón Ibérico necesita tiempo, mucho tiempo, para convertirse en una PASIÓN. PORQUE TIEMPO…ES PASIÓN

TIEMPO DE SALADO

1 DÍA por kilo.
Antes de salar, se moldea y perfila la pieza A continuación, se cubre con sal húmeda para favorecer la deshidratación y conservación de forma natural.

TIEMPO DE ASENTADO Y SECADO

De 1 a 3 MESES.
Se introduce la pieza en cámaras a unos 3ºC, subimos poco a poco la temperatura y bajamos la humedad para lograr un salado uniforme.

TIEMPO DE MADURACIÓN Y ENVEJECIMIENTO

DE 2 A 3 AÑOS.
El Jamón Ibérico descansa en SECADEROS NATURALES controlando la humedad y temperatura simplemente con la apertura y cierre de ventanas, nada más. O también, puede madurar en BODEGAS. Lugares frescos y sin luz donde envejece la pieza muy lenta y cuidadosamente. En esta fase se produce el “SUDADO”, la difusión de la grasa infiltrada responsable de ese sabor y aroma únicos del Jamón Ibérico. Es el momento en el que el Jamón adquiere su olor, textura y color característicos.

TIEMPO DE CALADO

Unos minutos.
El experto jamonero aprecia al tacto la curación de la pieza. En algunos casos, inserta la “cala” en el Jamón para comprobar que las características son las deseadas.

TIEMPO DE DISFRUTE

4, 5, 6, 7…AÑOS.
Pueden transcurrir para poder disfrutar de un exquisito plato de Jamón Ibérico. En SILENCIO, con la VISTA fija en el brillo que se expande y se funde al TACTO, suave y frágil. Con AROMAS inconfundibles y un SABOR único en el mundo. UN INSTANTE EN LA BOCA, UN RECUERDO ETERNO.